El elefante africano corre peligro de extinción

Resulta increíble, pero es cierto. El elefante africano corre peligro de extinción. Una situación que coloca a este gran mamífero en una situación complicada. Es labor de todos tratar que no vaya a más y que la especie pueda ganar esta lucha por la supervivencia.

¿Sabías que el ser humano es la mayor amenaza para todos ellos? Principalmente, los cazadores furtivos. Todavía hoy, pese a las fuertes leyes que regulan su caza y el tráfico del marfil de sus cuernos, sigue existiendo un amplio mercado ilegal que provoca la caza y muerte de miles de ejemplares cada año.

Los colmillos de un elefante son un bien muy preciado y por el que se pagan cantidades exageradas de dinero. Este hecho hace que muchos cazadores decidan correr el riesgo de sufrir penas muy duras.

Pero los furtivos no son los únicos responsables de esta situación en la que el elefante africano corre peligro de extinción. Existe otra amenaza importante: la destrucción de su hábitat natural. Cada vez es más reducido, cada vez con menos capacidad para encontrar el alimento necesario para sobrevivir cada día.

Gracias a nuestra experiencia ofreciendo el safari más auténtico en Masai Mara, podemos contarte que la desaparición de su hábitat y la imposibilidad por alimentarse adecuadamente, además de matarlos de hambre, provocará que sean incapaces de realizar los largos traslados que sus manadas realizan periódicamente.

Por suerte, todavía existen lugares y localizaciones en las que los elefantes están muy bien cuidados, en libertad y en su hábitat natural. Es nuestra responsabilidad evitar que estas amenazas terminen por caer encima de uno de los animales más bellos y asombrosos que existen sobre el planeta.

¿Cómo evitar que el elefante siga en peligro de extinción?

Un factor que no ayuda a salir de esta situación es el hecho de que a las hembras de elefante les cueste hasta 22 meses dar a luz a una única cría. Por ello, aumentar las poblaciones de elefantes no es tan sencillo. Además, las hembras no comenzarán a aparearse hasta los 14 años.

Además, seguir peleando contra la destrucción del hábitat y contra el comercio ilegal de marfil resultan fundamental para poder preservar a este maravilloso mamífero. La solución está en las manos de todos.